sábado, 3 de diciembre de 2011

La mandé al cajón de la ropa de invierno, la próxima temporada la sacaré con olor a naftalina. Pero igual, puede que tenga suerte y  en el medio del verano se venga una de esas tormentas que cuando se silvan una canción duermen al calor, y te pueda tirar arriba de mi espalda otra vez.

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