jueves, 1 de diciembre de 2011

Un puño que de tan cerrado que está no sabe que es mano, una mano que de tanto pintarse la uña se olvida que el brazo hace todo por ella. Un cuerpo que quiere volar mientras mira la novela en el sillón, unos dedos que quieren marcar huella mientras tocan teclados. Un espejo que quiere amar cualquier cosa menos eso que lo hace espejo. Arte llevando vida de casada con un papel,  ganas que salen de una boca que bosteza. Una vida dentro de un pote de tergopor.

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